La nueva Biblioteca de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNL abrió sus puertas.

Fue en un breve acto, presidido por el rector Miguel Irigoyen, el decano de la Facultad, Carlos Beltrán y el director de Obras y Servicios Centralizados, Marcelo Saba. A partir de ahora, estudiantes, docentes e investigadores de la Facultad pueden disfrutar de este nuevo espacio para la consulta de bibliografía, y un ambiente propicio para la lectura y el estudio. 


“Esta Biblioteca era una gran ambición de esta Facultad, y de toda la Universidad Nacional del Litoral, que se está cumpliendo con la inauguración, dando un nuevo sentido a este edificio histórico que de alguna manera había sido vaciado de su vitalidad al incorporar el anexo del edificio principal de la Facultad”, indicó el rector, en diálogo con medios de comunicación. 

Asimismo, destacó los resultados de la intervención que permitió resignificar un sector del edificio histórico: “lo que estamos viendo son los resultados de un proceso de planificación en el marco del Plan de Desarrollo Institucional de la UNL, y eso nos satisface. No todos los días se inaugura una biblioteca, que es un espacio donde se materializa la idea de un conocimiento abierto, en particular en un espacio como este, entendido no como un lugar donde se preserva el saber como factor de poder sino donde pretendemos que el conocimiento esté al alcance de todos”.

Capacidad infinita
Por su parte, el decano de la FCE expresó que “estamos muy contentos porque concretamos un sueño largamente anhelado. Desde hace muchos años queríamos tener una Biblioteca que reuniera estas características. A lo largo de su historia, la Biblioteca se había trasladado de un lugar a otro, y ahora encuentra este lugar que parece ser el definitivo”. 
“Es una obra moderna que reúne una serie de características desde el punto de vista funcional. Es una Biblioteca adaptada a los tiempos modernos”, sostuvo luego en relación al espacio, y puntualizó que “hay salas de lectura para trabajar en grupo, otras de lectura silenciosa, para videoconferencias, pero lo más importante e innovador es que le permitirá a los lectores circular entre los libros. Hojear un libro crea la necesidad de leer otro, y así sucesivamente, por eso decimos que en verdad la capacidad de una biblioteca es infinita”.

Trabajos realizados
Tal como se había indicado desde la Dirección de Obras de la UNL, que tuvo a su cargo el proyecto conjuntamente con la Facultad, la intervención abarcó dos aspectos de igual relevancia: “el primero tiene que ver con la puesta en valor y resignificación de un edificio de valor patrimonial construido en el principios del siglo XX, respetando las técnicas constructivas utilizadas en la época, de uso no frecuente en la actualidad, lo que exigió condiciones especiales en la calidad de la mano de obra contratada que debió ser especializada”. 

En ese sentido, se indicó que “se reconstruyeron todos los elementos y componentes arquitectónicos, reparando muros, pilastras, cubiertas de techos, paramentos y revoques, cambio de pisos y solados, cielorrasos, instalaciones básicas y aberturas, entre otros”.

El segundo aspecto de los trabajos fue “la reasignación de la función de Biblioteca en el Hall principal del edificio histórico y el traslado de las oficinas de Alumnado y sus dependencias al área donde antes funcionaba la Biblioteca, unificando de esa manera el área administrativa de la Facultad”. 

Para ello, “se incorporó un cerramiento de vidrio con sistema autoportante con columnas y soportes de sujeción de acero inoxidable a modo de jerarquizar y delimitar el espacio que contendrán todas las funciones de la Biblioteca. Se optó por una intervención con expresión moderna que conviva con el contexto patrimonial, realzando la calidad espacial existente”.

Concepción moderna
En relación a los espacios, la Biblioteca “cuenta con una sala de lectura silenciosa, hemeroteca, áreas de archivos accesibles, y sectores no accesibles para el guardado de los libros”. El sistema de custodia de los ejemplares por medio de chips remite a una concepción moderna, a través de un sistema que incorpora las últimas tecnologías y permite libertad al usuario, lo que “hace pensar cada vez más en conceptos de autogestión por parte de los lectores, ya que ahora tienen puestos de búsqueda y acceso a los libros, agilizando la consulta de material bibliográfico”.

En relación a la seguridad, el complejo posee “un sistema de seguridad contra incendios, analizado y diseñado especialmente, como así también con acondicionamiento térmico tipo frío calor”.

Participaron
Estudiantes, profesores, autoridades, investigadores y no docentes colmaron el acceso a la biblioteca durante el acto de inauguración, que también contó con la presencia del decano de la FBCB, Javier Lottersberger; el vicedecano de FCE, Sergio Hauque; los secretarios de la UNL: Académica, Laura Tarabella; Económico Financiera, Germán Bonino; de Vinculación Tecnológica y Desarrollo Productivo, Daniel Scacchi; de Relaciones Internacionales, Julio Theiler; de Bienestar Universitario, Katya Zuska Zurbriggen; y de Planeamiento, Adolfo Stubrin. También, el director del Centro Universitario de Reconquista-Avellaneda, Eduardo Baroni, la directora de Comunicación Institucional, Romina Kippes; y la directora de la Biblioteca de la FCE, Alejandra Beatriz Ferreras, entre otros.